"Toda habilidad social es un comportamiento o tipo de pensamiento que lleva a resolver una situación social de manera efectiva, es decir, aceptable para el propio sujeto y para el contexto social en que está. Así, las habilidades sociales han sido vistas como comportamientos o pensamientos que son instrumentales para resolver conflictos, situaciones o tareas sociales.
Las diversas definiciones de habilidades sociales han puesto de relieve que estos comportamientos, que son valorados y reforzados socialmente, influyen además beneficiosamente en el desarrollo social a largo plazo. Además proporcionan aceptación y estima por parte de los agentes sociales. Son los agentes sociales los que juzgan si la conducta es o no competente. Esta valoración externa es una garantía de adaptación social y desarrollo de habilidades más potentes. Además proporciona sentimientos de valía y competencia personal, lo cual es también condición saludable para el bienestar y felicidad.
A lo largo de los años cincuenta y sesenta las habilidades sociales se definían como comportamientos observables y concretos; por ejemplo, saber sonreír y mirar a los ojos cuando alguien te habla. Estas habilidades concretas son fácilmente evaluables por un observador, pero resulta claro que sólo son componentes puntuales de otros procesos más complejos que integran la competencia social, y parecen más directamente relacionadas con beneficios inmediatos (por ejemplo que alguien te devuelva la sonrisa) que con efectos a largo plazo en la vida del niño.
Posteriormente, estas habilidades se concibieron como comportamientos más globales, pero también observables y evaluables externamente por sociométricos o cuestionarios; por ejemplo, saber corresponder a un favor recibido, tener muchos amigos, etc., vinculándolas así a la aceptación o popularidad entre iguales, resultado éste sumamente relevante para el desarrollo del niño a largo plazo.
También existen habilidades internas, como pensamientos o sentimientos; por ejemplo, la toma de perspectiva (ponerse en el punto de vista de otro) o la empatía (sentir las emociones que otro siente), que son sólo asequibles a través de la introspección del individuo, por autoinforme. Además, se caracterizan estas habilidades de forma amplia, como vamos a comentar en el resto de capítulo.
Hoy la teoría sobre habilidades sociales integran estos diferentes elementos considerando que suponen diversos aspectos situados a distinto nivel (conductual, cognitivo y emocional) de la conducta. En la tabla siguiente podemos ver algunos ejemplos de estas diferencias.
Ejemplos de distintos tipos de habilidades sociales en niños pequeños.
HABILIDADES SOCIALES QUE SE MANIFIESTAN EN LA CONDUCTA OBSERVABLE:
- Mirar a los ojos de quien te habla.
- Sonreír a quien te mira amistosamente.
- Saber expresar las emociones.
- Saludar y devolver un saludo.
- Comportamientos educados en la mesa.
- Saber repartir caramelos si tienes muchos.
- Saber hacer y mantener amigos.
- Saber ceder en un conflicto.
- Dejar que otros niños entre en el juego.
- Defender a un amigo si le atacan.
- Saber aplazar un deseo.
- Ponrese en el punto de vista del otro.
- Controlar un enfado.
- Fijarse un objetivo que se desea conseguir.
- Conocer formas de resolver conflictos sociales.
TIRANES TORRES, M.V.; MUÑOZ SÁNCHEZ, A.M. y JIMENEZ HERNÁNDEZ, M. (2007) LAS RELACIONES SOCIALES EN LA INFANCIA Y EN LA ADOLESCENCIA Y SUS PROBLEMAS. Madrid: Editorial PIRÁMIDE. Colección OJOS SOLARES. Desarrollo. PSICOLOGÍA (págs. 20 a 22).