martes, 9 de septiembre de 2008

Violencia juvenil: Violencia escolar.

Foto editada por DesertMonsterBell

"Son muchas las noticias en los medios acerca de la violencia en general, y en particular la que afecta a menores, pues además de la denominada "doméstica" que no cesa de manifestarse explícitamente, empieza a desbordarnos la "escolar" y la de "hijos contra padres", por no hablar de la inherente a determinadas pandillas o grupos de adolescentes y jóvenes o, incluso, la denominada violencia callejera, con connotaciones políticas incuestionables -"kale borroca"- entre otras.

Violencia escolar.
Este es un fenómeno que ha existido siempre, asentado en una forma de percibir la realidad en la que el acosador se siente superior, exento de culpa, no empatiza con la víctima y además en ocasiones, se ve apoyado y jaleado por otro grupo de compañeros, bien por miedo a ser víctimas también, bien por formar parte del grupo del acosador. Otros, a disgusto con lo que ven quieren ayudar pero no saben cómo, otros ayudan a sabiendas de que pueden convertirse en acosados... Los profesores en ocasiones no han sido capaces de identificar el problema por la sutileza con la que, en ocasiones, se practica.

Lo novedoso de estas situaciones es el uso de las nuevas tecnologías para grabar y reproducir vejaciones y actos violentos, una nueva vertiente que habrá que tener en cuenta para la prevención y tratamiento.

Se trata de un fenómeno demasiado frecuente en nuestras aulas y pasillos, que no siempre, siendo benévola, ha sido precisamente un fenómeno adeuadamente abordado y tratado en los contextos en que se ha venido produciendo y altamente agresivo para el alumnado implicado de una u otra manera. Más que la cantidad de casos que se producen, preocupan sus graves consecuencias en el desarrollo de la personalidad del menor, ya sea víctima (a la que provoca angustia, ansiedad, terror a ir al colegio, fracaso escolar, depresiones, pérdida de autoestima y, en los casos más graves, ideas suicidas), agresor (que en su madurez puede asumir de forma permanente ese rol a través del "mobbing" en el trabajo o de la violencia doméstica y de género en casa) o mero testigo (otros escolares asisten mudos al llamado "bullying" y corren el riesgo de asumir de por vida una actitud de pasividad y tolerancia frente a la violencia.

La Instrucción 10/2005 dictada por la Fiscalía General del Estado sobre el tratamiento del acoso escolar desde el sistema de justicia juvenil apuesta por un "primer nivel de lucha" contra el fenómeno que, a través de la intervención de padres, profesores y comunidad escolar, se centre en la prevención de las actitudes de acoso. Según la Fiscalía el margen de actuación de los centros escolares es, además, tan amplio como eficaces son las medidas que pueden adoptar: incremento de la vigilancia, reorganización de los horarios del profesorado para atender a las necesidades de los alumnos afectados, intervención de mediadores, cambios de grupo, etcétera."

MARTINEZ GARCÍA, C. (Coord.) (2007) LOS SISTEMAS DE PROTECCIÓN DE MENORES EN LA ESPAÑA DE LAS AUTONOMÍAS. SITUACIÓN DE RIESGO Y DESAMPARO DE MENORES. ACOGIMIENTO FAMILIAR Y ACOGIMIENTO RESIDENCIAL. Madrid: Editorial Dykinson. (Pág. 85 - 86).

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