viernes, 4 de abril de 2008

Tipo de abusadores (II)

Casos.

a) Primarios.
"Ramón, de 35 años, está casado y tiene un hijo de 8 años. Reconoce la existencia de abusos sexuales a su sobrina de 6 años y a su hijo de 8. Según Ramón, los episodios de abuso comenzaron hace más de un año y se han dado, en ambos casos, en 4 o 5 ocasiones. Tuvieron lugar en su domicilio y consistieron en caricias en los genitales de las víctimas, de duración imprecisa, durante las cuales se sentía excitado. En alguna ocasión se llegó a masturbar delante de los menores, aunque sostiene que, de esto, su sobrina no se enteraba. No cree que, el caso de su hijo, éste se sintiera molesto ("no le hacía daño"), aunque la niña podía "notarlo más". Ramón ha tenido en el pasado experiencias sexuales muy variadas: con mujeres, con hombres y con un perro (el perro le hizo una felación). Según cuenta, de muy pequeño fue abusado sexualmente en dos ocasiones. Por otro lado, se masturba con fantasías relacionadas con menores, principalmente con su sobrina. Asimismo son frecuentes las fantasías homosexuales. Él cree que no tiene bien definida su orientación sexual. Le excitan las relaciones sexuales con animales, con dibujos de niños, con el terapeuta, etc.

b) Secundarios o situacionales.
Manolo, de 50 años, está casado y tiene dos hijas, de 22 y 15 años respectivamente. Reconoce la existencia de abusos sexuales a su hija menor desde hace aproximadamente 2 años. Los episodios de abuso se han dado en el domicilio familiar, con una frecuencia elevada, y han consistido en tocamientos y masturbación con el dedo. La niña, que tenía problemas en la espalda, le pedía con frecuencia que le diese masajes y él accedía a ello. Mientras él se los daba, le tocaba los pechos, la tripa y la espalda; en una ocasión llegó a acariciarle incluso los genitales. Si se negaba a dárselos, la niña lloraba o se enfadaba. Tras los abusos, Manolo se sentía culpable y avergonzado. Reconoce que lo que estaba sucediendo no era correcto y que él no supo darse cuenta de los límites.
Por otro lado, las relaciones sexuales con su mujer no son del todo satisfactorias. Además, desde que ella tuvo la menopausia, la frecuencia de contactos es muy baja. Por lo demás, la historia sexual de Manolo no recoge otras experiencias sexuales desviadas ni tampoco ha mostrado nunca un interés homosexual. Insiste en que él necesita que haya afecto para poder tener relaciones sexuales. Las fantasías durante la masturbación hacen referencia a películas o a imágenes eróticas con mujeres adultas. Nunca ha tenido fantasías sexuales con niñas en general ni con su hija en particular."

ECHEBURÚA, E. y GUERRICAECHEVARRÍA, C. (2000) ABUSO SEXUAL EN LA INFANCIA: VÍCTIMAS Y AGRESORES. Un enfoque clínico. Editorial Ariel. Estudios sobre violencia. (Págs. 84 -86)

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