sábado, 29 de marzo de 2008

El riesgo de reducir el ocio a ociosidad y a diversiones de consumo

"En muchos adolescentes de hoy se observa falta de sentido en la manera de entender y vivir el tiempo libre. Uno de los fallos principales es el de confundir ocio con ociosidad. Uno de los fallos principales es el de confundir ocio con ociosidad. Creen que lo propio del tiempo libre es no hacer nada; piensan que si en ese tiempo hacen algo con esfuerzo no descansan ni se lo pasan bien. Por ello hay que aclararles cuanto antes que el ocio no es ociosidad, sino cambio de actividad (una actividad gustosa elegida por uno mismo, pero actividad). El ocio es descanso activo, tiempo ocupado con actividades creadoras.

Es un error plantear el tiempo libre como un corte radical con el tiempo de la actividad, del esfuerzo y de las obligaciones. Hay que descansar y divertirse, pero evitando esa mala relajación que consiste en abandonarse como persona y como miembro activo y responsable de una comunidad.

La vida ociosa (la ociosidad habitual y prolongada) anquilosa tanto el cuerpo como el espíritu. Esto afecta aún más a las personas mayores que a las personas jóvenes. Un ejemplo típico es el del jubilado que interrumpe totalmente su anterior vida activa; en estas condiciones envejece mucho más rápidamente que el jubilado que ocupa de algún modo su tiempo.

Para Víctor Frankl la ociosidad lleva a la pasividad espiritual y contribuye a crear lo que él denomina el "vacío existencial" o vacío interior en el que se hunde el hombre cuando su vida carece de sentido. Esto último es lo que ocurre en esa diversión nocturna de los adolescentes que está hoy tan de moda en los países industrializados del mundo occidental, y que se conoce con diferentes nombres:"la movida" (España); "la disco" (México); "la rumba" (Colombia); "la taquilla"(Chile), etc.

La "movida" es una diversión noctívaga (vagabundo durante muchas horas seguidas de la noche); uniforme (igual para todos); con el propósito de disfrutar "a tope" (al máximo o al límite) de experiencias relacionadas con los sentidos externos; masificada (en un ambiente de gran aglomeración de personas que se desconocen entre sí); repetitiva (siempre se hace lo mismo); impersonal (en los bares y discotecas la música a todo volumen no deja margen para la conversación).

La "movida" es una de las formas actuales de la diversión de consumo. A los adolescentes de hoy no se les da la oportunidad de divertirse libremente, aportando su imaginación y creatividad personal. La industria del tiempo libre, con la ayuda de la publicidad, piensa por ellos; les vende una diversión comercializada, totalmente hecha, y se la sirve en los bares, discotecas y salas de juegos con máquinas electrónicas. Los adolescentes de la "movida" se convierten así en un rentable mercado para el gran negocio de la diversión.

En el ambiente de la "movida" no sólo no se descansa físicamente, sino que se acaba agotado. Piénsese lo que supone estar un mínimo de cuatro horas seguidas luchando contra el sueño, en una noche llena de ajetreo y no exenta de excesos de todo tipo, sobre todo en la bebida. Piénsese también en el día después: el cuerpo acusa mucho la inversión del ritmo sueño y vigilia; además, de día se duerme peor.

En la "movida" no hay posibilidad para la fiesta. Falta silencio, sosiego, diálogo y actitud contemplativa. Y sobra ruido, bullicio, alboroto y trepidación."

CASTILLO CEBALLOS, G. (1999) EL ADOLESCENTE Y SUS RETOS. La aventura de hacerse mayor. Madrid: Ediciones Pirámide. (Págs. 185 - 186).


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